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jueves, 14 de abril de 2011

CDS

Los Credit Default Swaps o Swaps de incumplimiento crediticio, son los instrumentos más modernos de Wall Street y constituyen un contrato bilateral entre un comprador y un vendedor de protección

Consiste en que el comprador se compromete a realizar una serie de pagos en el tiempo (primas) y el vendedor se compromete a cubrir parte o el total del crédito asegurado en caso de que éste no sea cancelado. Los CDS se utilizan en el aseguramiento de grandes corporaciones, en el aseguramiento de paquetes de referencia crediticia (CDO) o en el aseguramiento de los bonos de deuda soberana. Su monto mínimo de operación es de 10 millones de dólares. Pueden ser a 1 año, 2, 3, 5 años o 10 años. Pero también se aplican a plazos más cortos. 

Se parece mucho a los seguros, pero existen diferencias importantes como por ejemplo, en los seguros existe en forma tangible el bien asegurado (una casa, un coche…). En el caso de la cobertura de los CDS, no existe nada tangible, excepto los papeles. De ahí que esta importante innovación financiera sea considerada una forma de apuesta, como en el caso del hipódromo, donde el apostador no es dueño del caballo, ni de la pista, únicamente del boleto. Otra característica importante que se debe zanjar, es que los roles de comprador y el vendedor pueden ser intercambiables. El vendedor de CDS, normalmente un banco, transa el CDS con un inversionista (que es quien pone el monto inicial, los 10 millones de dólares mínimos). Pero el banco también puede tomar el rol de inversionista y asegurar la operación con otro banco. De esta forma se produce una clonación de aseguramientos donde no existe nada tangible, solo papeles. Y esta clonación puede ser infinita.

Una similitud con los seguros es que el comprador paga una prima y a cambio recibe una suma de dinero si el evento de impago especificado en el contrato se produce. Sin embargo, existen diferencias importantes con los seguros y son que el vendedor no requiere ningún tipo de regulación, y que no está obligado a mantener ningún tipo de reserva para pagar a los compradores. Además, mientras el contrato de un seguro ofrece una indemnización por las pérdidas efectivamente producidas por el titular de la póliza (incendio, robo, accidente de tránsito), los CDS establecen un pago similar a los titulares, sin que exista ninguna pérdida real para ellos

Los CDS se emplean desde 1990 y fueron establecidos como un aseguramiento para las grandes corporaciones petroleras tras el derrame del Exxon Valdez, en 1989. Su facilidad de empleo y la inexistencia de regulación lo convirtieron en el más popular de los instrumentos en el mercado de derivados. Sin embargo, durante la primera década, permanecieron prácticamente desconocidos, y el volumen de operaciones no alcanzaba los 200.000 millones de dólares anuales. Hacia fines de los años 90, se manejaban en estos instrumentos montos cercanos a los 500.000 millones de dólares. El despegue de los CDS, se produce el año 2003, en una forma tan acelerada que al año 2007 alcanzó la suma de 45.500.000.000.000 dólares (US$45,5 billones, casi todo el PIB mundial), superando con creces las alternativas tradicionales. El año 2008 alcanzaron su nivel máximo: 65 billones de dólares, 1,35 veces la producción económica mundial.

Estos derivados de incumplimiento crediticio, constituyen un mercado grande pero oscuro, y es lo que se ha dado en llamar el “mercado en las sombras”. Se les culpa de la desaceleración económica por apostar a profundizar la crisis tras el estallido de la crisis de 2007.

Lo que hay que destacar realmente es que los CDS se alejan de los conceptos tradicionales de “cobertura de riesgo”, al precipitar y acelerar el proceso de riesgo. Su carácter de instrumento, hace que muchos no sepan en qué consisten. 

El mayor problema de los CDS es el enorme volumen que han tomado (mayor a toda la economía mundial) lo que plantea enormes riesgos sistemáticos. Esta es la razón por la que muchas autoridades han comenzado a exigir su regulación. Y es parte de la reforma financiera que se busca el para Wall Street. Hasta el momento, no hay nada resuelto frente a los CDS. Sólo que sus inversionistas han sido los grandes beneficiados de la crisis.  





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